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Un interruptor automático es un dispositivo de protección eléctrica diseñado para interrumpir el flujo de corriente en caso de sobrecargas o cortocircuitos. Su función principal es proteger tanto a las personas como a los equipos eléctricos de posibles daños.
A diferencia de los fusibles, los interruptores automáticos se pueden rearmar manualmente después de que se hayan activado, lo que los convierte en una solución más eficiente y económica en el largo plazo.
El interruptor automático detecta anomalías en el flujo de corriente gracias a dos mecanismos principales:
Cuando se activa uno de estos mecanismos, el interruptor automático abre el circuito, interrumpiendo el paso de la corriente eléctrica.
Existen varios tipos de interruptores automáticos según su aplicación y características técnicas:
Se utilizan principalmente en instalaciones domésticas e industriales.
Protegen contra sobrecargas y cortocircuitos.
Disponibles en diferentes curvas de disparo (B, C, D) según la sensibilidad requerida.
Detectan fugas de corriente hacia tierra, protegiendo así a las personas de posibles descargas eléctricas.
Son obligatorios en instalaciones residenciales modernas.
Diseñados para proteger circuitos de mayor capacidad eléctrica.
Permiten ajustar el umbral de disparo, lo que los hace ideales para instalaciones industriales.
Utilizados en instalaciones de gran envergadura, como centros de transformación y grandes plantas industriales.
Proporcionan protección avanzada y permiten configuraciones específicas según las necesidades del sistema.
A la hora de seleccionar un interruptor automático, es crucial tener en cuenta los siguientes aspectos:
1. Capacidad de corriente nominal (In): Determina la cantidad de corriente que el interruptor automático puede soportar de forma continua sin dispararse.
2. Poder de corte (Icu): Indica la máxima corriente de cortocircuito que el interruptor automático puede interrumpir sin dañarse.
3. Curva de disparo: Se elige según el tipo de carga eléctrica. Por ejemplo:
Curva B: Ideal para cargas resistivas (iluminación, calefactores).
Curva C: Adecuada para cargas mixtas y motores pequeños.
Curva D: Recomendable para cargas con altas corrientes de arranque (motores grandes, transformadores).
4. Número de polos: Determina cuántos conductores protegerá (monofásico o trifásico).
5. Normativas y certificaciones: Asegúrate de que el interruptor automático cumpla con las normativas vigentes, como la UNE-EN 60898-1 para uso doméstico e industrial.